Cuando llegamos al aula de arte nos encontramos una espiral hecha con zapatos.
Había zapatos de mayores, de niños y niñas, de bebés, sandalias, zapatillas, tacones...
Nos llamó mucho la atención la forma en que estaban colocados. Unos pensamos que era un círculo, o varios círculos, o un caracol, un tornado, el corazón de Tefiti (para el que no lo sepa es un personaje de la película Vaiana), un laberinto, una carretera,...
Después de recorrer la espiral por dentro jugamos con los zapatos poniendo en marcha la imaginación, unos montaron una tienda de zapatos, otros dibujaron alineándolos, otros jugaron a buscar la pareja del zapato, otros los clasificaron por tamaños, otros jugaron a ponérselos y convertirse en otras personas.
Y para terminar la sesión reconstruimos la espiral y experimentamos la sensación de entrar en ella uno por uno y salir de la manera que quisiéramos. Algunos nos hicieron reír, unos iban muy rápido, muy lento, marcha atrás, otros se sentaron en el centro,...
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